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La belleza cartagenera es realismo mágico.

Viví 6 años de mi vida en Cartagena, 3 años de mi infancia y prologadamente otros 3 años de mi adolescencia; por lo cual tengo dos visones distintas de la Cartagena de entonces y la actual; también cómo la veía desde mi subjetiva perspectiva. 

Cartagena a mis 10 años de edad fue una ciudad más. Trabajadores por doquier al igual que estudiantes de todas las clases sociales, vidas cotidianas en familia, tomadores de terraza e infantes de mi edad jugando por las calles; la inseguridad era un mito. Vivía muy alejado del centro histórico, y aparte del turismo y algún que otro paseo, pocas veces me acercaba a dicho lugar. Los principales atractivos para un niño de esa edad, eran los colosales; estatuas, el castillo de San Felipe y la Ciudad amurallada haciendo énfasis en lo más superficial posible. Cartagena era una ciudad más. 

A mis 16 años "la cosa cambió", enamorado de la vida y sus pequeños detalles, comencé a pasear más de lo normal tanto personal como acompañadamente. Lo cuantitativo en los paseos es importante: a dependencia del gusto personal, yo siempre he preferido lo más mínimo en compañía puesto que los detalles que hacen mágica a una ciudad como Cartagena sólo las aprecias sin muchas distracciones. Pero pasear sus modestas playas amerita sin duda alguna la exigencia de un buen grupo. 

Los detalles que emergen de la ciudad es la clave. Sus magicas calles están revestidas de colores llamativos y decoraciones coloniales; literalmente nos hace sentir en un libro. Y fue esa mi sensación cuando paulatinamente en una cita, decidí junto a la que fue mi pareja ir hasta el centro histórico. Caminaba entre sus calles y concentrando mi vista en los detalles, me perdía en una maravillosa historia de realismo mágico con sello colombiano, el romance es claramente un fuerte en esta ciudad. 

El vaguardismo de lo moderno mezclado con lo colonial en redundancia es la mixtura perfecta para La Heroica, así su receta perfecta está en esta fórmula. 

Hoy en día a mis 18 años de edad, sigo en la constante visita de tan mágica ciudad desde mi natal y residente "Arenosa", y he de decir que su magia no se pierde, por contrario, se intensifica cada vez más que mi visión madura el detalle de las cosas y mi versión de la realidad lo contextualiza. 

Tinta extra: Siempre me pregunté si era de los pocos que notaba esta magia. Hoy en día, Getsemaní uno de los iconicos barrios del centro histórico, se consolida como uno de los más atractivos a nivel mundial. 


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